En el entendido de que uno puede escribir lo que se le antoje en su blog, eh aquí mi experiencia/crítica constructiva/retroalimentación a la exposición de pintura a la que asistí la tarde noche del pasado 08 de julio.
Fui invitada por una amiga, a la cual al final no le fue posible llegar por motivos de trabajo. A pesar de que en la página de la Hamburguesería "La resistencia" anunciaban la exposición de Daniela Quijano a las 18:30 horas, mi amiga me comentó que iniciaría a las 19:00 horas. Es así que previendo el tiempo para comernos una hamburguesa, y por supuesto, tener un buen lugar entre los asistentes, llegamos al lugar 18:35.
Ya había asistentes al evento, como era de esperarse. Vimos llegar a la expositora faltando 10 minutos para las 19:00 horas. Supusimos que daría inicio en unos minutos más, pero mientras corría el reloj, ya con 10 minutos de retraso, pudimos escuchar a una invitada preguntar directamente a la homenajeada acerca del horario, a lo que contestó "primero voy a comer algo, no he comido".
Tan poco cordial como puede ser, se dio inicio al evento a las 20:02, y si hubiera tardado 10 minutos más, mi acompañante y yo ya no hubiéramos presenciado lo que vino después, estábamos a punto de irnos.
Claramente, hablar en público no es lo suyo. Una introducción pequeña, un agradecimiento por asistir y "los que gusten, acompáñenme arriba, o si quieren terminen de cenar, o como quieran".
Subimos tras ella. Ofrecían copas de vino tinto tan pronto llegabas a la sala, lo cual lo hizo parecer prometedor.
No soy ninguna crítica de arte, pero he estado suficientemente cerca de pintores, escultores y artistas plásticos, y he asistido a muchas inauguraciones de exposiciones artísticas, por lo que mínimamente sé de qué van.
Inatención fue la palabra que me llegó a la mente cuando la expositora Daniela Quijano simplemente huyó de la escena y se refugió en una esquina. Literal. Le pregunté entonces si nos daría explicación acerca de cada pintura, a lo que me respondió que un par de ellas tenían una explicación escrita a un lado (aquí debo decir que ninguna era explicación de las obras y daban muy mal aspecto: la primera, una hoja blanca con varios dobleces, con una especie de poema a mano firmada por otra persona, y la segunda una hoja arrancada de libreta, también con varios dobleces, con un logo que enuncia "Electrolit" y un escrito a mano de agradecimiento tipo poema, con errores de dedo, dedicada a solo ella sabe quién; ambas pegadas a la pared con diurex); y que en caso de que quisiera, me podría explicar el cuadro que me interesara.
Las obras. Creo que lo mejor de las obras fueron los títulos. Más me hubiera sorprendido ver títulos sin mencionar algún trastorno mental. "En el fango de una incipiente depresión bipolar" y "Zonas oscuras + debilidades + miedos = conflicto mental", por mencionar algunas.
La presentación no es la más deseada: hojas de block con los agujeros rellenados con color, borrones de lápiz, hojas maltratadas, equivocaciones en los trazos que ya no se pueden corregir, y etcétera. De pronto, ni siquiera ella sabía en qué dirección debía ir el cuadro, mismo que "podría verse desde cualquier ángulo". La artista es joven. La diferencia entre las pinturas de digamos, 2013 con las de 2016 es notoria, aunque no en todo. Se nota crecimiento en el uso del material. También en el tema y hasta puede que en la limpieza. El estilo es el mismo.
Trazos lineales, en extremo repetitivos, algunos certeros, muchos erróneos. Mala decisión del papel, por lo que las hojas se ven dobladas, presionadas. Incorrecto manejo del material, por ejemplo, se ven las plastas en los cuadros cuya técnica es el óleo. No parece haber bocetaje. En fin.
Pero no me quise quedar ahí. Decidí preguntar. En su discurso de creación comenta: "el título es lo primero, surge por ejemplo, de una frase en un libro, algo que me haya gustado. Cuando empiezo a dibujar, nunca sé cómo va a quedar la obra final" "Dibujo mis vivencias, que sé que tal vez todos las hemos tenido, pero creo que las vemos diferentes".
Lo bueno, al platicar con ella me doy cuenta de que tiene mucha filosofía en sus obras. Las puede explicar, tiene idea de lo que está haciendo. Lo malo, las obras en sí, aunque sí expresan emociones, les falta calidad, técnica, limpieza. Mucha. Lo feo... sus invitadas.
Infortunadamente, y me voy a permitir comentarlo ya que, desde mi punto de vista, fue lo que más puntos le restó a la exposición, asistieron unas chicas que, presumiblemente, eran sus amigas, y que se mostraron totalmente ruidosas e irrespetuosas del evento. En un momento, encontré a Daniela comentando acerca de sus obras (¡por fin!), por lo que me acerqué para satisfacer mi interés por escucharla, pero le hicieron tan poco caso, y la interrumpieron tanto que finalmente se dieron la vuelta y la autora dejó de hablar para ir tras ellas. Comenzaron a reír fuerte, a hacer comentarios inapropiados del tipo "¡en esta ni siquiera borraste bien el lápiz!" A lo que contestó "no sabes lo difícil que es borrar el lápiz". En pocas palabras, no orilles a tu amiga a decir algo así mientras está en la inauguración de la exposición de su trabajo.
Daniela, si algún día lees esto, y si de algo te vale, creo que puedes ser una buena productora. Júntate con personas que le den seriedad a tu trabajo, a tus eventos. Procura asistir a inauguraciones de otros pintores para que veas cómo se deben llevar a cabo (cortar el listón, explicar cada una de las obras con todos los asistentes, simplemente empezar a tiempo, ¡por favor!). Lee más acerca de la pintura, de los pintores, de las técnicas y de los estilos, para que te salgas de los dibujos escolares y entres a los profesionales. Comienza por darle seriedad tú. Bájale un poco a los precios de tus obras, al menos que correspondan con el lugar donde expones. Y por supuesto, nunca dejes de crecer.
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