No me considero una persona afecta a la vida. Lo hago porque estoy aquí, porque "ya qué", y porque morir me da más miedo.
Obsesiones. Eso es algo con lo que nadie debería meterse.
Odio levantarme "temprano".
Cuento con un total de ocho alarmas para levantarme, y en algún momento fueron once. Aún así, llegó tarde a trabajar como costumbre.
Los martes para mí son diferentes. Es extraño porque siempre lo han sido de una u otra manera.
Soy una persona de hábitos, de costumbres y de constantes. Todas las mañanas son un mismo viacrucis interminable.
Me gusta escribir... Siempre me han gustado las artes y no creo ser buena para ninguna, así que la escritura, y hasta la fotografía, son mis fugas, para no explotar, como en olla exprés.
El baño... Metódico como siempre y como todo, es uno de mis placeres... Para hacerlo diario, para disfrutarlo por una hora, y siempre con agua muy caliente; para pensar en todo a la vez, y resolver mi mundo desde dentro de la bañera.
Mis miedos rondan mi cabeza como historias de terror que algunas noches no me dejan dormir y otras hacen mi sueño una pesadilla.
Observo a la gente, todos los días, todo el tiempo. A veces con frustración, otras con jactancia. Muchas con desinterés.
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