Moria's Purple Mirror

Moria's Purple Mirror

lunes, 13 de enero de 2014

Te extraño...

Tengo en mi vida una mentira de las que no se cuentan. Un mentira que suena a historia, de esas que comienzan como todas las historias y que terminan hábilmente con el deseo de vivir felices por siempre.

En esta historia figurábamos. Protagonistas nos veíamos. Juntos. Para ver tele, acurrucados. Para jugar Xbox. Para platicar y contarnos historias de todo, de todos, de nosotros. Para respirarnos y sentirnos. 

¡Vaya!, hermosa mentira...

Afirmar que me ves, que me piensas, que me sabes tuya. Para que me tomes las manos frías y me compartas tu calor. Para que te preocupes por mí, aunque esté bien. Bien porque estoy contigo, a tu lado.

Estar juntos para que me expliques todo, como siempre, sin palabras. Siendo tú, aquel a quien yo nunca busqué.

En esa mentira yo te vi. Te creé. Y pensé necesitarte para hacer todo eso que que inventé que hacíamos juntos, eso que nos mimetiza, y nos convierte en uno solo, sin distinción, sin posibilidad de síntesis ni de quiebre. Sólo para estar juntos, para seguir fantaseando en una historia con un final feliz.

Y, aunque no existas, aunque seas una mentira, un secreto mío o una ilusión creada; te extraño... Tanto que duele. 


sábado, 4 de enero de 2014

Me he prometido

Me he prometido que esta vez es para siempre. Aunque extrañe tus manos, aunque me falte tu olor, aunque no escuche mi nombre pronunciado por tus labios. Aunque tú no me detengas.

Esta vez no será como todas.

Como cuando creía que volverías por mí cuando el enojo menguara. 
Como cuando ansiaba estar bien para recibir un abrazo tuyo que aminorara el dolor del conflicto. 
Como cuando de madrugada añoraba una llamada piadosa que me recuperara el aliento por creerte perdido.

Te escribo para sacarte de mí, para plasmarte en letras y poder guardarte. Para que cuando tu recuerdo acechante me encuentre de frente, no me duelas. 

Para poder respirar un nuevo aroma por las mañanas. Poder hacer las cosas que antes no podía... Aunque ahora no quiera hacer nada.

Y a estas alturas me parece que no he sabido estar lista, no he sabido ser perfecta aún para nadie.

Aprendí muchas cosas, pero esta noche, gracias a ti, supe por seguro que las arrugas no son cosa de edad, sino de emociones. 

Me dueles como si fuera 5 de mayo. Me debato entre el enojo del desenlace y la tristeza de tu ausencia.

Ya no quiero una vida de mentiras. Estoy harta, cansada y hastiada de dudaEsta vez es diferente. Esta vez sólo quiero mirar al espejo y saberme hermosa. 

Y sé que puedo vivir mi vida, sé que puedo hacerlo sin ti. He fumado tantos cigarros en soledad que uno más ya no me importa. Esta mañana he cambiado la necesidad por ambición y la dichosa soledad por libertad.