Moria's Purple Mirror

Moria's Purple Mirror

sábado, 28 de diciembre de 2013

Tiempo

A veces pienso en la posibilidad entre tanta imposibilidad. Simplemente dándome permiso de alejarme y comienzar a divagar, dejando de lado todo aquello que estorba, todo lo que impide; y me ausento.

A veces me permito acostarme del lado contrario de la cama, con los pies en la cabecera, para pasear en otra realidad, donde lo que no se permite es cierto, donde la vida ha logrado avanzar con un rumbo distinto. 

No estoy aquí, sino en un lugar distante en tiempo, donde todo parece ser posible. 

Y, mientras fumo un cigarro, siento el viento que toca mi cara; y pienso en la noche, en las luces, en los árboles y en las paredes. De pronto, la posibilidad se muestra tan tangible como tu espalda. 

Maldita sea.

Vaya falacia. Lo sé. Pero en ese momento en que no estoy, puedo ser en otro lado, y esa mentira es mi realidad. Por un rato. Sólo porque quiero. Porque sí.

Más prefiero irme, porque lo real es muy duro de enfrentar. Qué falso todo, qué mentirá la que se vive. Y qué absurdo a la vez pensar que se debe seguir de esa manera. 

Nunca logro terminar de decirte nada, siempre hay más que decir. Siempre hay necesidad: de estar cerca, de hablar, de algo.

Siempre hay necesidad de ti. De nosotros. Sólo de saber. Que existes en proximidad. Que me piensas. Que eres mío. 

Quiero soñar contigo, pero quiero más despertar junto a ti.

"Ve armando nuestro álbum de fotos" te atreviste a ordenar.  

¿Qué tan demente podré llegar a estar?; ¿qué tan fuerte podré llegar a reclamar aquello que considere mío?... ¿Cuál será la consecuencia final que tendremos que enfrentar por haberme permitido soñar en vigilia?

¿Cuánto tiempo más necesitaremos para darnos cuenta de que debemos estar juntos...?


jueves, 19 de diciembre de 2013

Ni aunque lo pidas

Hoy no te mereces que te escriba. 

Me encuentro en desvelo y te culpo.

Hoy no te encontré a ti. Encontré una persona diferente, una que tiene miedo, que titubea y duda.

Me has querido mentir y no has podido. Porque la verdad duele, y desgasta. La verdad llena de dudas, porque nada es más cierto que el momento que vivimos, y la mentira nos aguarda fuera de esta habitación.

Y la verdad es que ninguno sabe qué hacer, y lo cierto es que me he encontrado con ese espejo al que tanto negué existiera. Y que yo también tengo miedo, titubeo y dudo.

Hoy no te mereces que te escriba, pero tampoco merezco la dicha y el alivio de escribirte, porque aunque todo lo que pienso sobre ti es cierto, también lo es el que yo tenga mis propios peros, todos. Prácticamente, los mismos.

Acaba con el día, y llévame a mañana, donde habrá una verdad distinta a la de hoy.

Llévame a cuando sea, y escapemos como lo imaginamos. 

Y baila conmigo toda la noche.